Se habla de convulsión febril cuando la misma aparece coincidiendo con un cuadro febril alto (fiebre superior a los 38º C). Tales convulsiones suelen aparecer en niños entre los seis meses y los seis años de edad siendo mas frecuentes a los dos años.
Habitualmente el origen de la misma suele ser de origen infeccioso (catarral primordialmente) siendo su aparición frecuente en niños entre los seis meses y los seis años de edad con predominio cuando el niño tiene dos años. Parece ser que la aparicion de tales convulsiones coincidiendo con un episodio febril tienen una tendencia a desaparecer antes de los 5-6 años sin dejar secuela alguna. Sin embargo en uno de cada 3 niños la convulsión puede volver a repetirse si se había padecido antes una primera convulsión .
Parece ser que en el 20-30% de las convulsiones febriles tienen una predisposición hereditaria, es decir que algún progenitor también las habían padecido.
Las convulsiones febriles suelen aparecer cuando el niño esta alcanzando mas de 38º C. de temperatura o también al surgir un descenso brusco de la misma por acción del antitérmico utilizado para bajar la fiebre y se caracterizan por la aparición contracciones musculares o sacudidas y en otras ocasiones por el contrario por convulsiones sin sacudidas (el niño esta rígido) aunque en ciertos casos pueden darse estos cuadros de manera simultanea.
En aquellos casos considerados benignos o típicos la duración de la convulsión suele ser inferior a los 15 minutos y su recuperación es completa sin secuela alguna. Si ha durado mas de 15 minutos ya precisa el estudio del pediatra por considerársela atípica.
Hay ciertos aspectos a tener en cuenta por pediatra para establecer el diagnostico de que se trata de una convulsión febril típica o benigna (es decir que no se trata de otra clase de convulsiones ) y no de aquella considerada atípica, Tales aspectos se derivan de la duración de las mismas así como su numero, si son generalizadas o no, si hay pérdida de consciencia y también el tiempo de recuperación.
En caso de aparición de una convulsión febril los padres deben tranquilizarse debiendo colocar al niño tumbado con la cabeza ladeada para asi facilitar su respiración. Generalmente si el pediatra es el que atiende al niño una simple medicacion (del tipo de las benzodiazepinas por via rectal) es suficiente. Es preciso luego tener al niño en observación.
Hay que recalcar, para la tranquilidad de los padres, el que a pesar de la aparatosidad del cuadro, afortunadamente la mayoria de las convulsiones febriles son benignas. Sin embargo es el pediatra quien debe estudiar las mismas en cada caso.
CUIDALO: Mi hijo ha tenido una convulsión febril. Qué es y cómo evitarla.
Etiquetas: convulsión febril, Cuídalo, fiebre
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Lugar de encuentro para familiares de niños con convulsiones febriles
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